Se avecina el 23 de Mayo, fecha que marca en gran manera mi vida...
Hace 5 años nació mi
hija Arantza.
Recuerdo
como si fuera ayer, todo lo que vivimos en el hospital.
¡Fueron los peores días
en mi vida!
Hoy me pregunto:
¿Cómo fue, qué no perdiera la razón? ¿Cómo fue, qué en esos momentos de
angustia extrema y agotamiento emocional, no colapsará mi cuerpo y huyera de la
realidad?
Traer al
mundo un ser tan hermoso, pero desprovisto de lo necesario para sobrevivir; a
lo mejor verle nacer en un segundo y verlo morir en el siguiente, era mí
sentir.
Sabía que
Arantza era prematura, que tenía un peso de menos de un kilogramo, que nacería,
sí, pero con una esperanza de vida, no garantizada.
Que sería
intervenida en un acto heroico, para hacerle respirar, pues sus pulmones no
estaban desarrollados.
Que no era
un nacimiento feliz.
Mas sin
embargo yo estaba ahí para ella, y muy en el fondo de mi ser, tenía una, solo
una esperanza.
La
esperanza que sentí, la esperanza que mantuvo los latidos de mi
corazón y mi cordura… Supero, todos los pronósticos desalentadores, todos los
tratados de medicina, toda ley de probabilidad
y toda clase de estadísticas. Mi hija vive y en algunos días, festejare sus
primeros 5 años.
Arantza es
una niña con discapacidad, aún no camina sola, no dice más palabras que: Papá,
Mamá, Mami, Papi. Y me pregunto ¿Es importante, que hable y que camine? Mi
respuesta es: Sí, no por mí, sino por ella. Ahora me planteo esta pregunta: Y
si hubiera cumplido con las expectativas medicas, los pronósticos, hubiese sido
parte de las estadísticas, y hubiese muerto al nacer… ¿Sería importante para
ella y para mi, caminar y hablar? Supongo
que la respuesta es: No, ya perdió lo más
valioso que tenemos todo ser en el mundo, “la vida”. Así que esta respuesta
abre un sin fin de disyuntivas…¿Cómo será
su vida? ¿Cómo saldrá adelante? ¿Quién cuidara de ella al morir yo? Ta, ta, ta,
tannn… ¡No lo sé, pero ella sí!
Ella lucho por vivir, ella es feliz, ella sonríe,
ella cumplirá 5 años.
Ayer , después
de insistir en enseñarle a sorber de un popote o pajilla, lo logro, y supo que
alcanzó una gran meta. Mi Esposo, mi hija Thania y yo, cada que sorbía, aplaudíamos;
en el restaurante que nos encontrábamos, la gente nos miraba con extrañeza, los
meseros descifrando si alguno de nosotros cumplía años; bueno, sí lograron
comprender que se trataba de algo muy especial y nos llevaron globos a la mesa.
Hoy por
primera vez, fue a regir en una silla de entrenamiento de esfínter; o sea “ya
hace popo en el baño” (Risas). Uy!! ya se imaginan a la Madre ¡Bravo! ¡Muy Bien!
Como
consecuencia de sus grandes logros, hoy comenzó a balbucear más, y a tratar de
decir más palabras.
La
enseñanza “terapéutica” o más bien “enriquecedora” que me deja Arantza, hoy por hoy, es que los niños con discapacidad,
aprenden y logran su independencia corporal, como todo niño… POR IMITACIÓN.
Imitando a la hermana mayor |
Quince días,
me puse frente a ella y sorbí de un popote y lo logro.
Desde hace
unos meses entramos juntas al baño, ella se sienta en su bacín y yo en el retrete;
primero logro relajarse y orinar; hoy hace lo conducente para evacuar.
Entonces concluí, no de casualidad, sino por observación y orientación de una amiga profesional en psicología es... "ponte frente a ella, cuando quieras que imite tu conducta, ya sea, para hablar, para gatear, para ir al baño, etc."
Y como
depende de la imitación aprender lo básico, también dependerá aprender lo esencial…“Ser Feliz” y me pondré todos los días frente a ella, y seré una persona feliz, porque ella vive,
porque ella es una persona, porque ella
es un Tesoro y porque ella irradia Luz a mi ser.
La siguiente meta es “Soplar las velas del pastel” y en reconocimiento a su gran esfuerzo, gritar al unisonó...
¡FELIZ CUMPLEAÑOS ARANTZA!
4 to. Cumpleaños |
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