Ama y haz lo que quieras...

Ama y haz lo que quieras.
Si callas, callarás con amor,
si gritas, gritarás con amor,
si corriges, corregirás con amor,
si perdonas, perdonarás con amor.
Si está dentro de tí
la raíz del amor,
ninguna otra cosa sino el bien
podrá salir de tal raíz.
San Agustín


Me han hecho una invitación, para tener una intervención en un grupo de la Comunidad Pastoral Familiar; en el cual, me piden compartir el "Testimonio de Mi Vida" como Madre de Arantza.
En lo personal, pienso que no soy ninguna institución en materia de discapacidad. 
La persona que me invita, de entrada me comentó, que muchos son los que van al grupo, pero cuando se les pide intervenir, no quieren participar. No me dejo más... Acepte!!
Pero de antemano, le dije: No esperé que les hable de situaciones lamentables, de la frustración o de lo difícil que es aceptar a un hijo con discapacidad.

Y me pregunta: ¿De qué hablarás?

Hablaré del Amor...

Evangelio de Juan 19: 33-35

19:33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,
19:34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
19:35 El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. 

Para evangelizar soy mala; pero cuando hablo de mi hija con discapacidad, obra el Espíritu Santo.
A través de su día a día, he visto la esencia de Dios… Cuando "Él Soplo su Aliento" y le regaló, la vida; he presenciado Milagros, he recibido respuestas en la oración... Jesús me habla en cada paso que doy.
En otras palabras, he conocido el verdadero Amor.
El mensaje que recibí de Jesús Nuestro Señor en el capítulo de Juan, fue que Cristo en la Cruz derramó, hasta la última gota de sangre por amor a nosotros; y la constancia fue que cuando la lanza atravesó su costado, al final brotó agua.
La discapacidad de Arantza, ha dejado en cada miembro de la familia, una capacidad diferente… la de amar, la de saber amar. 
Conocimos la renunciación a los bienes materiales, dejamos de centrarnos en nuestros defectos, aceptamos que cada uno tiene su espacio y nos alegramos por los momentos de recreación, que se pueden tomar cada uno en forma independiente. 
Nos hemos perdonado mutuamente, una y otra vez, para seguir unidos.
En nuestros “Ser” no cabe el rencor hacia ninguna persona, pues el rencor nos retira de la paz espiritual.
Hoy somos más tolerantes. Hemos aprendido a caminar con diligencia.
Los niños con discapacidad son Tesoros de luz, que cuando te acercas a uno de ellos, llega un resplandor a tu existír, y te das cuenta de la fortuna que tenemos quienes NO enfrentamos una discapacidad.
Nosotros los padres de niños con discapacidad, mayormente debemos reconocer como Dones: caminar, hablar, oír, ver y pensar que nos fueron dados para servir a nuestros hijos y a nuestra familia. 
Agradecer porque podemos llevar una vida plena sin limitaciones, para ayudar a nuestros hijos a salir adelante.

La niñez con discapacidad necesita padres “temerarios”, no “temerosos”. 
Temerarios para adquirir compromisos de vida, para probar nuevas formas de vivir, para establecer horarios, para estar cuando nuestros hijos nos necesitan, para forjar el carácter en disciplina, constancia y dedicación. 
No necesitan padres “temerosos”... El miedo aflige, el miedo paraliza, el miedo nos lleva al abondo personal y al abandono familiar. Nos hace ver todo lo negativo que hay a nuestro alrededor.
Ellos no necesitan ser compadecidos, necesitan ser incluidos en tu familia, en tus actividades, en tu mundo y en tu corazón.
No necesitan que les regales un juguete, necesitan que juegues con ellos.
Necesitan que los veas como lo que son “personas con discapacidad”.
No veas las diferencias, mira las similitudes. 
Que tus ojos no vean sus carencias, sino deja que tu corazón perciba su riqueza.
Las personas con discapacidad son verdaderos guerreros, ellos están en constantes retos para vencer la discapacidad, para enfrentar su diario vivir y para ser felices.
Sí, ellos ya ganaron al estar vivos, al tratarse de comunicar, al darle el verdadero valor a cada logro que consiguen… ¿Qué te falta a ti, para empezar a vivir en plenitud? ¿Para dar a tu familia ó a tus hijos ó tu hijo con discapacidad, hasta la última gota de tu amor? ¿Qué falta para amarnos sin límites? 

Queremos que Arantza tenga la fortuna de crecer en un hogar fuerte, donde sus padres no sean “temerosos” de su futuro, ni sientan miedo por su discapacidad.
Queremos que Arantza tenga padres que dan, hasta la última gota de amor por ella.
Queremos ser padres “temerarios” que intentarán todo, antes que darnos por vencidos.
Queremos una familia que viva en  la certeza del Amor de Dios, y que El reine en nuestro hogar. 

¿Quieres leer más? da un clic "La Biblia" 

Día con día necesitamos renovar nuestro Corazón, para dar lo mejor de Sí mismos...


Y Servir a Dios.

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